Primero fue la piedra y el cincel, luego la pluma y el papiro. Últimamente estábamos dominados por el lápiz y el papel....ahora es tiempo del mouse y el Internet.
Durante los últimos años en nuestro país se ha ido construyendo la sensación de que el gran responsable de la desigualdad social, y por ende de la inequidad económica arraigada históricamente en la cultura de Chile, es la educación. Si queremos enfrentar este problema, debemos ponernos los pantalones como país e implementar cambios radicales que además sirvan de guía para otras naciones de la región que también presentan esta notable brecha entre ricos y pobres, generando una desesperanza aprendida entre las personas en situación de pobreza.
Bajo este marco globalizado que nos rodea, y un mundo que día a día se renueva gracias a los avances científicos y tecnológicos, nace la idea de implementar una metodología educativa distinta a la que se está llevando acabo en las aulas de los colegios públicos de nuestro país. El eje conductor y pilar fundamental del salón de clases es hoy en día el texto escolar y nuestra idea es darle un vuelco radical a la forma en que este se implementa en las aulas de clases.
A quemar los libros!!!! Se trata de, aprovechar las capacidades de la digitalización eliminando los textos escolares impresos (salvo en la población más vulnerable) y digitalizar los libros de materia, asignando la infraestructura para que el profesor imprima o fotocopie los libros, en especial las partes que el cuerpo docente considere más importante. En los países asiáticos, el texto escolar es la guía fundamental para el aprendizaje, esto nivela el sistema educacional y permite fijar estándares de educación, sólo regulando los libros, por lo que no sólo implica una reducción de costos, sino que además, permite fomentar el aprendizaje, ya que se generan sinergias de hacer que los alumnos visiten la página Web del Ministerio de Educación donde eventualmente podrían haber otros contenidos, adicionalmente, permite a los padres saber que contenidos ven sus hijos cada año, lo cual ayuda a una correcta supervisión de los apoderados sobre la educación de los hijos.
Para que este proyecto funcione en nuestro país, es fundamental que la administración de la página Web esté a cargo del Ministerio de Educación y supervisada por una Superintendencia de Educación.
La primera etapa consiste en la creación en paralelo de la página Web, sin cortar el suministro de libros, esto es fundamental para la continuidad. La página va tener la capacidad de expansión para permitir que se cumplan los objetivos antes señalados.
La segunda etapa es una evaluación de la página Web, la que se puede hacer mediante encuestas a los profesores y el feedback para mejorar, esta parte es iterativa. Hasta que se llegue a un nivel deseado, acorde con los objetivos.
La tercera etapa, se inicia el retiro parcial de libros, hasta que los beneficios de retirarlos sea menor que los costos de mantenerlo. Esto va a definir la población vulnerable (es decir, del estudio, se va a determinar empíricamente la población de riesgo).
Finalmente es importante destacar que toda innovación tecnológica que se implemente en ámbitos donde es difícil realizar cambios como lo es el rubro de la educación, necesita de una transformación en la mentalidad y cultura de aquéllos actores principales en la ejecución del proyecto (ver video). En caso de que esto no ocurra, los vicios permanecerán inalterables en el sistema educacional chileno y no importa la idea o proyecto que se quiera implementar, no lograremos avanzar en la disminución de la desigualdad en nuestro país
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